jueves, 31 de mayo de 2012

INCONCLUSO



            Decidió dejar las persianas cerradas porque el sol del mediodía era intenso. Tomó la guía de teléfonos y se sentó en el sillón más cercano. Daba vuelta las páginas con ansiedad, seguro su número estaba allí -pensó. Y se detuvo a observar sus manos: nunca las había visto bajo esa luz; recordó cuando eran más pequeñas y descansaban confiadas dentro de los dedos de su padre…
            El teléfono sonó varias veces pero ella ya estaba en otro sitio.

LIGEIA 2006

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