sábado, 5 de mayo de 2012

EL FIERO




Había conocido a Inodoro tiempo atrás, en reyertas surgidas del alcohol y la penumbra. Eduviges lo había engualichado con sus ojos aplomados y su mirada de espanto. Ya le había robado el perro con aquel asunto de la repartija en la campaña, pero su mujer…  
“Sos hombre muerto”, le había cantado allá en los galpones del ferrocarril, cuando se trenzaron a puro puñal.
Entre pajonales y desierto, vigiló día y noche. En la pulpería, Inodoro olió el viento y sus miradas se fundieron en un solo ardor.
LIGEIA2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario