llevaba sobre su
vieja cabeza oblicua.
La rosas para los días eternos y las cristalinas para
dejarse atravesar
por el seco viento de la mariposa.
Las amarillas para salvar su vista y las violetas para
casarse con sus más violentos intentos, para
ser penetrada esposa de la algarabía.
“Maton” decía el cartel de la próxima estación
Su bolso verde en volumen, risueño de pelucas que la acompañaban
más
un borracho ski que le hacía de bastón
sobre su último carnaval de la mañana.
LIGEIA2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario