domingo, 10 de septiembre de 2017

RECUERDOS EN LISTA

Me acuerdo que me emocioné la primera vez que fui al teatro.
Me acuerdo que me gustaba agarrar la sortija en la calesita de la plaza Monroe.
Me acuerdo que me mordió el Colita; también que se escapó la Ñata a la hora de la siesta y no la volvimos a encontrar.
Me acuerdo que nos juntamos todos los de la cuadra en la esquina a esperar que pasara el cometa. Me acuerdo que cada luz en el cielo nos producía desconcierto.
Me acuerdo de los primeros crayones y de mi torpeza al usarlos.
Me acuerdo que amé y me amaron.
Me acuerdo que abandoné sin y con intención; también que me abandonaron.
Me acuerdo que me lavaré los dientes todas las mañanas.
Me acuerdo que robé una mandarina en una verdulería de Lanús.
Me acuerdo que di a luz a otros seres y me quedé sin palabras.
Me acuerdo del miedo a “desaparecer”.
Me acuerdo que callamos y nos conformamos con lo que había.
Me acuerdo de las palabras comunes.
Me acuerdo que iré a nadar y trataré de olvidarme de todo. Me acuerdo de que no lo lograré.
Me acuerdo de que no me gustaba que me peinaran.
Me acuerdo que ahora puedo dormir con la luz apagada aunque tenga pesadillas.
Me acuerdo de un viaje en micro y del último boleto que guardo.
Me acuerdo de las mentiras que escondo.
Me acuerdo de mis manos en la arcilla.
Me acuerdo de los canelones con salsa blanca que comía cuando era chica.
Me acuerdo que quería ser bailarina y astronauta.
Me acuerdo que los libros siempre me salvaron.
Me acuerdo que quise tocar una luz del arbolito y la electricidad me asustó.
Me acuerdo que la escritura me protege.
Me acuerdo que soy, aunque a veces también me olvide.
Me acuerdo que cuando estoy dormida me pongo de mal humor.
Me acuerdo que quise cambiar el mundo y huí. Me acuerdo que me quedé y no resultó.
Me acuerdo de mi abuela hablando incoherencias en polaco.
Me acuerdo de mi tío y la palabra.
Me acuerdo de cómo se reía mi papá leyéndome El Quijote.
Me acuerdo que peinaba a mi mamá a la hora de la siesta. Me acuerdo que cuando dormía le robaba las novelas de Corín Tellado.
Me acuerdo de Mujercitas y de cómo la negué por vergüenza.
Me acuerdo del sol en la cabeza y del calor del verano hace dos años.
Me acuerdo la primera vez que armé una carpa y quedó torcida.
Me acuerdo del olor del eucalipto y del sabor de sus hojas.
Me acuerdo que tengo que pagar la luz. Me acuerdo que leí a Thoreau y me dan ganas de no pagarla.
Me acuerdo que casi me desvanezco la primera vez que me besaron; también que siempre fui propensa al melodrama.
Me acuerdo que no me gusta la ópera aunque si me gustaba él. Me acuerdo de la despedida trágica.
Me acuerdo que hice planos de mi vida y después los quemé.
Me acuerdo que grité mucho la primera vez que me dieron una inyección.
Me acuerdo que no soporto la enfermedad.
Me acuerdo que el Arte nos sobrevive y me siento aliviada.
Me acuerdo de lo que no es.
Me acuerdo de mis enemigos aunque lea libros para olvidarlos.
Me acuerdo que creaba recetas de cocina con los restos del almuerzo.
Me acuerdo que había niebla y en la ruta se nos cruzó una vaca; también que oía lluvia y me caí en un pozo.
Me acuerdo que oculto recuerdos bochornosos que algún día contaré.
Me acuerdo de un álbum de fotos y de la cara de mi abuelo con un gorro de cosaco. Me acuerdo que nadie sabía bien su lugar de nacimiento.
Me acuerdo de las primeras miradas y de las últimas.
Me acuerdo del llanto de mis hijas al nacer. Me acuerdo de mi llanto y el cansancio.
Me acuerdo que tengo un apellido inventado para huir de la guerra. Me acuerdo que mis nombres son homenajes a mujeres de la familia que murieron jóvenes.
Me acuerdo que un compañero de jardín de infantes me mordió el brazo para que lo dejara subir antes al tobogán.
Me acuerdo que dentro de poco cumplo años.
Me acuerdo de las películas de Wenders y de Nick Cave.
Me acuerdo que me gustaba ir con mi papá a pescar. Me acuerdo que de adulta el desencuentro pudo más.
Me acuerdo que digo que me acostaré temprano y no lo hago. Lo mismo me sucede con las dietas.
Me acuerdo que estoy fallada de modo irreversible.
Me acuerdo que mis recuerdos tienen que ver con las palabras.
Me acuerdo de la voz de mi mamá en el contestador después de muerta.
Me acuerdo que no sé “medir” mi habla.
Me acuerdo de los cuerpos que deseé.
Me acuerdo que a veces no tengo ganas de ver a nadie.
Me acuerdo que me da pavor morirme sola.
Me acuerdo que no puedo vivir con otro porque me pierdo.
Me acuerdo que me busco en la escritura ajena.
Me acuerdo que curé las lastimaduras de mis hijas cuando eran pequeñas.
Me acuerdo que perdí mi botiquín y ahora tengo cartucheras.
Me acuerdo que hoy tengo miedo.
Me acuerdo de Antígona y tengo miedo.

 Me acuerdo que hay una pregunta sin respuesta.

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