martes, 31 de julio de 2012

OLVIDO


El libro en la misma página marcada. Mis manos sosteniéndolo y mis dedos acalambrados por la espera y el deseo de llegar a ella. Una nota al margen: “ver lo que existe”. ¿Qué habré querido decir aquel día que leí el libro por primera vez? Sensación extraña: yo, sentada en una silla releyendo un libro que nunca pude terminar, mareada por oraciones inconclusas y letras que se deshacen. Parece la historia de alguien que fue y no volvió. Pero, sin embargo, vuelvo, lo tomo entre mis manos y leo. Finalmente, lo abandono una vez más. Pienso: “la que dice las palabras difícilmente pueda oírlas”.

LIGEIA 2012
CLARICE LISPECTOR

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