miércoles, 7 de noviembre de 2012

DESAPARECIDO


Borrar no fue posible, pero sí el relámpago en la esquina
y un cuerpo blanco herido del hechizo
que llegó tarde, como el charco que pobló un día de sol.
Tu luz negó la llama y el frío turbó aquella copa delgada
que mecía el vino de la trata, que gritaba en el interior de un viejo pingüino,
herido de tanta seca, sofocado.

Borrar no fue posible, pero sí caer la puerta entre tus dedos
Y un rostro roto tornado de palabras
que llegó tarde, como agua a pozo hueco.

LIGEIA 2012

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