Platos y cucharas,
objetos tomados por el hambre, por el rezo.
Estampitas en el fondo del recuerdo,
molestias en la casa de los buenos
Y costumbres desusadas en las camisas rotas, abandonadas
del temblor, del abrazo.
Ojos, hasta entonces, bocas.
Comida que sirve para servir.
No ven, sirvientes y serviles
la angustia de la tierra prometida.
LIGEIA 2012
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